El bien, el mal y lo adecuado
Es muy común hablar del bien y del mal aunque un profesor universitario de 80 años me negó la existencia de ambos por ser un tema para chicos de 6 años. Las filosofías gnósticas también se apoyan en estos dos y sólo dos principios.
Del bien se deriva la virtud de la Caridad. No podemos definir el bien por ser un trascendental (en filosofía medieval); el mal, o privación del bien, engendra el odio. Es inadecuado intentar vivir por encima de nuestros recursos. Por ejemplo enviar al chico a un colegio extremadamente caro, o elegir un barrio donde el alquiler es demasiado alto para el sueldo, ir a comer al Jockey Club sin corbata. O que un presidente firme su asunción con una bic. Amén de la llamada movilidad social.
Atenerse a lo adecuado engendra la virtud de la Humildad cuyos excesos son la soberbia y la minus valoración.